Tal vez sea fruto de una súbita conversión en bloque del Gobierno más anticlerical, más ferozmente laicista y más hostil hacia los valores que defiende la Iglesia Católica, pero cuando vi a Zapatero y a su Vicepresidenta con el Secretario de Estado del Vaticano interpretando un papel tan piadoso, no pude evitar acordarme de aquellos lobos disfrazados de corderos, y creo que algunos intentan aparentar ser lo que no son y simulan pensar lo que no piensan.
Aunque obviamente no les quedara más remedio que justificar su apuesta por el aborto y la EpC, eso no tiene mérito alguno, ya que es innegable e indisimulable la postura de los socialistas. Sólo faltaba que se hubieran presentado como adalides de la educación católica y del derecho a la vida, eso ya no hubiera colado.
Pero lo cierto es que hicieron todo lo posible para atraerse al Vaticano, como si al Vaticano pudiera engañársele con las técnicas socialistas habituales, con la palabrería zapateril, los agasajos de la Vicepresidenta y con alguna cesión que otra. Los socialistas han engañado tanto, y con tanto éxito, que se creen que pueden hacerlo siempre, con todos y en cualquier ocasión.
Pero en política, como en la vida, no hay nada más rentable que la verdad. Y quien eleige la mentira sólo consigue resultados una o dos veces, a la tercera ya no cuela.
El gran chasco de los socialistas es comprobar que su operación de imagen para aperentar normalidad con el Vaticano, no ha colado. No todo el mundo está dispuesto a ser manipulado al servicio de la gran causa progresista, sobre todo si ese progreso se basa en mirar a trás, en adoctrinar a la gente, en atacar al Derecho a la Vida y en perseguir a la enseñanza religiosa y a los valores tradicionales.
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