¿Alguien se imagina que un Ministro visitara Cataluña y no se invitara a la Generalidad? Impensable. Pues eso es lo que pasa constantemente con la Comunidad de Madrid, visitada este mismo mes de agosto por dos vicepresidentes y tres ministros sin invitar a la Comunidad de Madrid. El sectarismo de Zapatero ha pulverizado tres décadas de respeto institucional. Quien sí es invitado es Tomás Gómez, a quien no ha votado ningún madrileño, pero que ejerce de hombre-anuncio de Zapatero en Madrid.
Zapatero no respeta ni acepta la voluntad de los madrileños y por eso desprecia al Gobierno de Madrid, que le guste o no al PSOE, preside Esperanza Aguirre con el mayor apoyo electoral de la historia de la Comunidad. Si un ministro visita una Comunidad es un acto institucional y está obligado a invitar al Gobierno regional. Si no lo hace, y solo invita a socialistas, y lo convierte en un acto de partido y entonces debería pagarlo ese partido. Zapatero trata a Madrid con un desprecio que no se permitiría con ninguna otra Comunidad.
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