Antes la izquierda aspiraba a transformar la realidad, o eso decía. Ahora se conforma con maquillarla. Antes prometía cambiar el mundo, ahora se limita a manipular las estadísticas. El Gobierno de Zapatero ha comprobado que es más fácil retocar los datos del paro, por ejemplo, que crear empleo. De hecho, el propio Ministro de Trabajo se acaba de declarar incompetente para luchar contra el paro, y se ha quedado tan tranquilo en su despacho. Ahora debe de estar dedicado a tiempo completo a maquillar los datos del paro.
Desde que Zapatero empezó a desgobernar España y las cosas se le empezaron a torcer, automáticamente el Gobierno empezó a manipular estadísticas, censurar datos y maquillar encuestas. En eso quedó el nuevo socialismo. En eso quedó el “Efecto Zapatero”. En eso quedó su transformación de la realidad. Ni más ni menos. El socialismo es apenas una forma sofisticada de disfrazar la realidad, un esmerado ejercicio de ocultación.
Las principales actuaciones social-estadísticas se han centrado en el empleo. El Ministerio de Trabajo se ha dedicado a explorar hasta las más rebuscadas opciones de maquillaje del paro, desde la afiliación de niños a la Seguridad Social, hasta la eliminación de los prejubilados de las listas del paro, pasando por la proyectada clasificación fuera de las listas del paro de los afectados por Expedientes de Regulación de Empleo, que por cierto han aumentado un 500%, como si no fueran parados. Todo vale para salvar la cara a quien prometió Pleno Empleo en cuatro años. Sólo el escándalo provocado por el descubrimiento de dichas artimañas ha podido frenarlas.
Pero no todas. La más sangrante es la invención de los DENOS, trescientos mil parados a quienes se extrae de la estadística del paro y se reclasifica como demandantes de formación o estudiantes de cursillos. Las Comunidades que más han abusado de esta técnica son Andalucía -con un cuarto de millón de parados ocultos-, Extremadura y Castilla-La Mancha y se calcula que en número suficiente para impedir que el efecto Zapatero supere la temible cifra de cinco millones de parados. Junto a ellos, se sacó de las listas del paro a otro importante grupo de parados que indican unas condiciones especiales de trabajo.
Y la trampa más reciente es la posible extracción de las listas del paro de los receptores de la famosa ayuda de 420 euros, que ha marcado un antes y un después en el oportunismo, la improvisación y la propaganda del Gobierno socialista. Cualquier excusa es buena para sanear la estadística.
Jamás los datos fueron cocinados con tanto esmero. Corbacho se ha convertido en una especie de Ferrán Adriá de la estadística: no sólo la cocina, la deconstruye.
Esta manipulación estadística se produce en todos los ámbitos de la gestión socialista, ya sea la población, para perjudicar financieramente a la Comunidad de Madrid, o la seguridad, donde se oculta por orden ministerial la estadística de delincuencia, porque no interesa al Gobierno.
Totalmente de acuerdo. Los españoles no quieren subsudios ni repartir miseria, los españoles quieren un gobierno de españa que no les mienta y que cree condiciones para crear empleo. Queremos ganarnos la vida honradamente y no que Zp se ponga la medalla de repartidor de miseria. El drama toma dimensiones catastróficas, se trata de personas, de la autoestima de los trabajadores y de poder pagar una hipoteca a la que no se llaga con 420 euros.
ResponderEliminarSaluods, Sr. Pérez
Hablas de las cifras de desempleo, David, pero conviene no olvidar la manipulación estadística en otros indicadores como el IPC, cambiando a su antojo los índices y productos de referencia, y la manipulación que ha habido de cifras en el sector inmobiliario con el consiguiente enquistamiento de la situación. Y así vamos: de mal a peor.
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