Los nacionalistas y socialistas catalanes acaban de poner en evidencia que lo que les molestaba de la Fiesta Nacional no era lo de Fiesta (o la lidia del toro), sino lo de Nacional (o el vínculo español). Por eso prohibieron los otros pero
bendicen esas fiestas de los pueblos catalanes donde los toros son sometidos durante horas a lo que todos conocemos. Eso les da igual. La hipocresía de algunos puede llegar a ser repugnante.
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