jueves, 14 de mayo de 2009

Las consecuencias de la deriva nacionalista del PSOE

La pitada de ayer contra el himno nacional es la plasmación más triste y bnochornosa de unas políticas nacionalistas sorprendentemente alentadas por el PSOE. Es el resultado de cinco años de agitar los fantasmas independentistas y soberanistas, de alentar disparates estatutarios abiertamente inconstitucionales y de animar sentimientos nacionalistas que buscan la reafirmación de una supuesta identidad nacional a costa de menoscabar la identidad española.

Yo ya he denunciado esto otras veces (ver artículo de ABC): Nunca se había visto en España políticas tan radicalmente nacionalistas como las que ha impulsado el PSOE en CC.AA. como Galicia o Cataluña. Y cinco años de persecución al castellano, de imposición nacionalista, de instigación separatista, cimientan la rampa por la que ha ido descendiendo parte de la sociedad hasta caer tan bajo como ayer vimos. Que ocurriera en un campo de fútbol no es casual, no es la primera vez que determinadas ideologías utilizan el deporte para manipular a las masas. La censura de TVE, es decir, del PSOE, sólo trata de ocultar los efectos de sus propias políticas, cómplices del nacionalismo más exacerbado.

3 comentarios:

  1. Lo ocurrido ayer, cuando sonó el himno nacional, es la prueba de que España está fracturada y que el País Vasco y Cataluña están emponzoñadas con el veneno nacionalista. Por otro lado, la censura del himno nacional, por parte de la Televisión Pública, es de juzgado de guardia.

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  2. Triste desde luego. Indudblemente esto se veía venir y en la cabeza de todos están los responsables. el problema es q no es tan fácil la solución, muchoa años de Ikastolas y de odio a lo español... mal pronóstico.
    Un abrazo

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  3. ZP, con su política, no sólo de consentimiento, sino de aliento del nacionalismo independentista, es el culpable de lo ocurrido en la final de la Copa del Rey. La consecuencia de dejar en manos separatistas la educación, ya ha dado sus frutos. Las siguientes generaciones de vascos y catalanes verán a España como un Estado opresor, gracias a que, desde pequeños, les meten tal idea en la cabeza. Esto ya no tiene vuelta atrás, sinceramente. España está rota y fracturada.

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