Voy a ir intercalando algunos comentarios relacionados con la Comunicación Política. En mi anterior blog escribí varios, y ahora retomo la serie con este sobre el "Storytelling".
Christian Salmon, autor del libro "Storytelling, la máquina de fabricar historias y formatear las mentes", definió como arma de distracción masiva eso del "storytelling", que consiste en que los partidos políticos dan coherencia narrativa a una serie de elementos que terminan conformando un relato, cómo no, favorable a sus intereses. Las personas necesitamos consumir relatos, encontrar sentido a los fragmentos de la realidad. El problema es cuándo éstos se combinan interesadamente al servicio de unos determinados intereses.
Bill Clinton ya decía que el presidente era como el guionista de la realidad política, o algo así. Y en España los auténticos usuarios del "storytelling" son los socialistas. Y siempre les ha dado buenos resultados. Bueno, casi siempre. Los nacionalistas, dependientes de una profunda y casi siempre ficticia carga mitológica, también han utilizado esta técnica, pero mucho antes de que le pusieran un nombre en inglés, e incluso sin saber que estaba fabricando el gran relato de unos orígenes y unos hechos que después se impondría como una biblia localista.
Yo creo que el PSOE ha abordado un gran relato, una gran novela, y muchos relatos breves. Del gran relato me ocuparé otro día, porque ese tiene tela... (adelanto que es la gran operación para consolidar la idea se superioridad moral que la izquierda siempre ha querido articular). Pero los microrelatos tampoco son desdeñables para el análisis. Una vez lanzados, varios voceros socialistas se dedican en mítines, tertulias y otros foros a remacharlos y desarrollarlos.
La última vez que los socialistas han recurrido al "storytelling" (y me fastidia mucho seguir utilizando esta palabra en inglés, así que a partir de ahora diré "técnica del relato"), ha sido hace unas semanas con ocasión de la crisis.
Los cerebros zapateriles decidieron crear un relato que diera cobertura al líder máximo ante una situación adversa y en plena presidencia europea. El relato tenía que lograr varias cosas: en un plano personal eximir a Zapatero de toda responsabilidad ante la situación agravada en España por sus errores, en un plano ideológico culpar al capitalismo de todos los males, y en un plano estratégico liderar una teoría que diera a Zapatero un carácter de estadista internacional, con el precedente de ese engendro llamado "Alianza de las Civilizaciones" y que realmente encontró apoyos internacionales muy importantes, especialmente en la ONU.
Entonces fue cuando Zapatero se lanzó a decir que lo que pasaba era que había una conspiración internacional de los mercados contra el euro o algo así. La cosa estaba cogida con alfileres, y los alfileres terminaron pinchando al propio Zapatero. Ni que decir tiene que la historia se convirtió en chiste, y no funcionó ni un sólo día. Rápidamente la operación ha sido enterrada en el olvido, pero ahí queda en las hemerotecas el intento planetario de los genios socialistas para salvar la cara al líder-poeta, el de la tierra que pertenece al viento y demás chorradas. La razón del fracaso de esta irresponsable teoría es que no tenía ni pies ni cabeza, sonaba a chorrada, olía a excusa, carecía de toda credibilidad, y además apuntaba a planes conspirativos más propios de la ficción que de la realidad política y económica.
Debo decir que tengo una convicción: si la historia llega a funcionar, estoy seguro de que habría una segunda parte en la que detrás de esa conspiración estaría el PP. De hecho, creo recordar algún artículo que insinuaba algo así, aunque con la boca muy pequeña, tal vez porque el globo se había empezado a pinchar.
Las otras veces los relatos construidos por los socialistas han dado resultado. Cada cual que busque en su memoria. Lo dejo aquí. Hoy he compartido con vosotros esta noción, que muchos conoceríais, y os emplazo a próximas entregas de esta sección de comunicación política.
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