ALGUNAS PERSONAS QUE ADMIRO

-A MIS PADRES, personas trabajadoras y honradas que renunciaron a cualquier comodidad o desahogo para darnos a mis hermanos (los tres personas íntegras y generosas) y a mi una educación, que empezaba en casa con su ejemplo. Mi madre Yedra, ama de casa, y mi padre, Vicente, jubilado de Standard Eléctrica. Y mi mujer, ejemplo de rectitud y sacrificio, que soporta con buen humor tantas veces los desprecios de miserables que no encuentran otra forma de atacarme a mí. A MIS AMIGOS, personas que tienen una infinita paciencia conmigo y que me han demostrado que cuando les he necesitado, estaban siempre ahí. Conservar su amistad incluso desde primero de EGB, cuando se tiene 40 años, es algo demasiado importante como para no valorarlo. A MIS COMPAÑEROS DEL PP: Personas como Esperanza o Rajoy, que saben anteponer su fe en España y en la Libertad a cuaquier interés personal o partidista, incapaces de cambiar principios por votos, porque sin principios la política se convierte en un mero ejercicio de marketing, y el poder deja de ser un medio para cambiar las cosas para convertirse en un fin para vete a saber qué, que es lo unico que parecen perseguir algunos. Mis compañeros han sabido estar a las duras y a las maduras, han aguantado las campañas de quienes quisieron erradicarnos como alternativa, y saben actuar con responsabilidad de Estado cuando está en juego el bienestar y el futuro de los españoles. El patriotismo, la coherencia y la sinceridad han sido siempre rasgos que he admirado en nuestra organización. Ni las amenazas ni los insultos de los intolerantes han conseguido ni conseguirán nunca doblegarnos. A LOS PERIODISTAS que pagan un alto precio por dar testimonio de la verdad, esa que algunos han querido suprimir en aras de un relativismo que solo conduce a la injusticia y solo favorece al totalitarismo. A LOS VOLUNTARIOS  que trabajan en organizaciones solidarias como Cáritas y tantas otras dando su tiempo y sacrificándose por ayudar a los demás. También a todas esas buenas personas que ayudan en su vida personal y según sus posibilidades a quienes peor lo pasan. Y a los Policías, Guardias Civiles, Militares y Bomberos, que arriesgan su vida por todos nosotros. A LOS PROFESORES, que empeñan su vida e n el más alto objetivo de conseguir que las personas lleguemos a ser precisamente eso, a través del esfuerzo, el aprendizaje y el crecimiento de la libertad interior y la responsabilidad. A LAS PERSONAS QUE NADAN CONTRA CORRIENTE, sin importarles las apariencias, ni las modas, ni los reconocimientos, sólo el amor a Dios y al prójimo, renunciando a sí mismos, consagrando su vida a la oración y al servicio al otro. Personas como esos seminaristas, sacerdotes, monjas y demás religiosos y personas consagradas que renuevan con su entrega la fuerza de la espiritualidad sobre tanto materialismo que empobrece a la Humanidad. A LOS VALIENTES de todos los tiempos, prsonas que no dudaron en arriesgar su vida cuando la mayoría se escondía, dejando a la injusticia abrirse paso. Personas como los Justos entre las Naciones, o a quienes han plantado cara a los terroristas, o a quienes se han rebelado contra las dictaduras, o a quienes defienden la vida de los más indefensos, como los no nacidos. A todos los objetores de conciencia de causas justas, como los médicos que se niegan a eliminar vidas porque eso viola su juramento hipocrático y su propia vocación. A LAS FAMILIAS, que luchan cada día por sacar a sus hijos adelante, a los madres y padres, a los abuelos, a todos los que siempre están ahí frente a las amenazas del paro, la desintegración familiar, la pérdida de valores o los peligros de todo tipo que acechan a una institución que algunos han despreciado presentándola como anticuada, cuando seguramente sean ellos los anticuados y no haya institución más fuerte, con más futuro, más solidaria, que la familia. En definitiva, a todas las personas que hacen que este mundo merezca la pena.